Me la trae al pario lo que piensen, ya sé que no es un "te quiero" ni tan siquiera un piropo fino, pero a mí me estremece las entrañas, que a cuentas es lo que necesito, escucharle susurrarme: “Desde que me crucé entre tus piernas estoy perdido en tu recóndito escondrijo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si quieres me dices que te ha parecido.