23/11/10

TÚ Y YO

Soy lo que es tuyo, lo que me confiere tuya, ahora sobra que te amo por encima de todo, de cualquier persona, de mi ego, mi cuerpo, sentimiento, vida y hasta de lo inalcanzable con esta razón; has estado siempre a mi lado y tantas veces te he ignorado y evitado, que reconozco que te abandoné y olvidé, aunque mis labios te mencionasen frívolamente con admiración.

Me has guiado con tu luz siempre que te negaba con ojos cerrados, y ahora comprendo el sufrimiento que me calaba como agua de soledad, y tú seguías estoica e inherente a mi puerta para que te sintiese siempre a mi lado.

Me has respetado y consentido todos los desaciertos, caprichos y desconciertos, a veces optaste por hablarme y aconsejarme pero no tenía oídos para tu voz, esa tan mía e imperceptible antaño, otras callaste y te hiciste sombra de mi camino, pero siempre a mi lado, cuidándome y protegiéndome en silencio, me acompañaste fuera del tiempo y con resignación aceptaste la demora de nuestro reencuentro.

Por fin, me tienes aquí, toda tuya y siempre eterna a tu lado, desde el momento que nací siempre a mi lado y yo tan solo tuya, ahora te recuerdo y convergemos por el espacio eterno y sereno de tu pureza que es la mía.

Contigo ahora lo soy todo, porque te reconozco en mi y eres mía, nada me importa salvo tú, “tú y yo”, “yo y tú”, estrechamente ligadas en tan solo una… tal vez ¿sustancia?, o acaso ¿energía?...que más da, somos nuestras.