31/3/11

De mis reflexiones


"El yoga es una disciplina que enaltece el cuerpo, la mente y el alma con supremacía".

"Sé que soy feliz cuando sin motivo aparente canturreo de forma inesperada e inconsciente".

"Se hizo mi luz cuando alcancé mi más macabra oscuridad".

"Soy dichosa porque nuestras almas están selladas de eternidad".

"En mitad del campo con los cuatro horizontes al descubierto, me clavo con fuerza en la tierra, con mis brazos abiertos como mágicas aspas, doy un giro, dos y hasta tres, en el cuarto no soy nada en el quinto todo el poder".

29/3/11


TRABAJO TALLER DE ESCRITURA FUENTETAJA (28-03-2011)


Narrador personaje testigo


Hoy martes todo el pueblo está conmocionado por la tragedia de Sonsoles e Inocencia, en cada una de sus esquinas es el único tema de conversación y sobre todo de especulación, no es para menos teniendo en cuenta que aquí todo el mundo se conoce y se concede el derecho impune de opinar, cuestionar, indagar y criticar sobre la vida de otros.

En este caso, misterioso y extraño de dos vecinas de toda la vida el pasado se ha desenterrado a toda velocidad como al tirar del extremo de un ovillo de lana; este es el precio que hay que pagar por vivir en un pequeño lugar, donde el anonimato es casi imposible. Reconozco que es el único hecho que me preocupa mantener a toda costa desde que me trasladé aquí en mi huída de la ciudad.

De Inocencia deduzco que es la más apreciada por las gentes por un hecho revelador, que la mayoría de las habladurías feas no se propagan sobre ella, también porque era más que evidente su carácter simpático y afable, dicen que fue en el colegio cuando se hicieron amigas inseparables a pesar de la diferencia social que las marcaba en la época. Sonsoles era huérfana de madre e hija única del veterinario del pueblo, su familia era de las más pudientes del lugar, en cambio Inocencia era la séptima hija de un jornalero a sueldo y su madre se dedicaba a lavar la ropa en las casas ricas.

En cuanto a Sonsoles la mayoría de los vecinos habla poco y mal, tal vez porque era una mujer seria, arrogante y distante, yo personalmente me quedo con lo chocante que me resulta que dos mujeres tan opuestas en apariencia y vida hayan mantenido su amistad más de 70 años, he escuchado todo tipo de chismorreos, lo cierto que las ocasiones que me las cruzaba por la calle, la que contestaba a mi saludo con agrado era siempre Inocencia, en cambio Sonsoles si podía me evitaba.

Entre pitos y flautas, he recompuesto la vida de las dos ancianas, seguro que sobrehilada pero es lo que tiene verte inmiscuida en esta encrucijada de rumores a veces contradictorios que te llegan como aluviones desde que sales de casa. Ellas como he mencionado de niñas ya eran inseparables, comentan que Inocencia estaba todo el día a las faldas de Sonsoles, algunos dicen que porque se la llevaba todas las tardes a merendar y a jugar a su casa, incluso el día de la primera comunión las niñas llevaron idénticos vestidos, Sonsoles se encaprichó que tenían que ir iguales, y la familia a disgusto disimuló como una obra de caridad que la modista de la niña hiciera uno exacto para Inocencia, aquello en su día también dio mucho que hablar, y se oyeron rumores de que sino sería que el veterinario estaba liado con la lavandera y las niñas eran una tapadera.

Cuando se hicieron jóvenes, recuerdan que las dos eran agraciadas y divertidas, pero su relación se hizo algo dificultosa porque las amigas ricas de Sonsoles no querían ir nunca con la pobre y ni pensar las amigas de la pobre con la rica, sin pasar por alto la oposición febril que crecía con los años por parte de ambas familias, que en tiempos de posguerra con crisis y rencores las diferencias sociales eran aún más acuciantes.

La primera separación llegó cuando Sonsoles marchó a Madrid a una residencia de señoritas a cursar los estudios medios y superiores, soñaba con ir a la universidad y de hecho consiguió dos carreras Magisterio y Filosofía, solo ejerció como maestra dos años después de casarse a la edad de 21 años con un notario 15 años mayor, seis años después enviudó sin hijos y reanudó los estudios, siempre vivió de las rentas y herencias, y cuando finalizó su segunda carrera se estableció definitivamente en el pueblo y no se la volvió a conocer hombre alguno, salvo su padre al que atendió con esmero hasta su muerte.

Según me contó el otro día una sobrina de Inocencia en esos años las jóvenes estuvieron estrechamente en comunicación, se escribían muy a menudo, aparte de las innumerables visitas que Sonsoles realizaba al pueblo y aprovechaban para encontrarse, en este tiempo dice que ella se volvió algo remilgada, la capital y su amplia vida social la hicieron altiva y arrogante y su tía Inocencia comenzó a molestarse con su amiga por varios desplantes, como no invitarla a su boda con la excusa de que se celebraba en el lejano Madrid.

En cuanto a Inocencia, acabados sus estudios primarios se colocó a servir en casa del boticario, como era una muchacha agraciada e inteligente al año acabó trasladándose a la provincia de Córdoba para trabajar de doncella en casa de unos marqueses, allí conoció a su marido que era uno de los chóferes, un hombre simple y aburrido, con él tuvo un hijo, Luisín, su vida fue escasa de dinero y emociones. Por cierto Inocencia si invitó a Sonsoles a su boda y ella acudió sola con la excusa de que su marido estaba indispuesto, de aquello también se comentó lo suyo, como que el notario era un orgulloso y no admitía codearse con gente pobre.

Los años transcurrieron con aparente normalidad entre ellas, su relación era privada, reservada y muy estrecha pese a la distancia, según las más próximas a las ancianas, siempre estuvieron en contacto pese a los años que Inocencia residió en Córdoba, se llamaban por teléfono todas las semanas y, en festividades y vacaciones se veían en el pueblo, hasta que Inocencia enviudó y se trasladó a su pueblo de forma estable. Dicen que estaban más unidas que a sus propias familias, de hecho el hijo de Inocencia ni siquiera pasaba a visitarla porque en apariencia ni la preocupaba, e incluso he oído decir en la taberna que el difunto esposo de Inocencia, a veces entre vino y vino se quejaba de que parecían entre ellas dos enamoradas.

En esta última década han vivido prácticamente juntas, Inocencia dormía y pasaba casi todo el día en casa de Sonsoles, ésta era enorme y con muchas comodidades y además tenía dos muchachas que la atendían la casa y la cocina, así que las ancianas dedicaban el día a paseos, misas, visitas al médico y a conocidas, y a sus entretenimientos más particulares como la lectura en Sonsoles y el ganchillo en Inocencia.

El pasado domingo a las cinco de la tarde, la muchacha encargada de la cocina las sirvió la merienda en el saloncito de costura, café con leche y algunos dulces, se despidió de ellas hasta las nueve de la noche, la hora de regresar para la cena, al volver encontró el portón de la puerta principal abierto, le resultó extraño, ese día las ancianas no esperaban visitas que ella supiera, pensó que tal vez llegó alguien de forma inesperada y olvidaron cerrarlo de nuevas, al cruzar el gran recibidor las comenzó a llamar, no recibió respuesta, al entrar al saloncito las halló cada una en su butaca dormidas profunda y plácidamente con la merienda inacabada sobre la mesa.

No quiso molestar y se cambió de ropa, y al volver fue consciente del hecho insólito, las intentó espabilar con palmadas en la cara pero no resultó, agitada y nerviosa pidió ayuda, cuando llegó el servicio de emergencias no pudo hacer nada por Sonsoles, ya estaba muerta, en cambio Inocencia falleció camino del hospital por una parada cardio-respiratoria.

Hoy las autopsias han revelado que han sido envenenadas, y con ellas se ha destapado la caja de Pandora, poco a poco emergen las injurias y murmuraciones y, los interrogantes quedan abiertos con malicia más que nunca, ya hay quienes dicen que si las muertes son motivo de herencias que no están claras, supuestamente los bienes de Sonsoles pasaban para Inocencia, y sospechan del hijo de ésta. También se ha descubierto con sorpresa que hace dos semanas Sonsoles fue diagnosticada de un cáncer irreversible de colón y que Inocencia en una nota medio escrita hallada en su cómoda, narraba su sufrimiento y que prefería morirse antes que acabar sola o en una residencia, ya los hay que dicen que ella planeará las muertes, y otros que lo más seguro que fuese cosa de ambas.

A mí de esta triste historia me queda una única reflexión que aquí se hace testigo, el interés desmedido del ser humano por encarnizarse en el insidioso espectáculo de la especulación y el morbo con la muerte del prójimo.