13/12/11



TRABAJO TALLER FUENTETAJA


12-12-2011


Trabajo sobre el extrañamiento



Jugábamos en el cuarto de estar con las muñecas y nuestros cacharritos a las mamás cuando escuchamos llegar a nuestra madre, entonces salimos corriendo de la habitación y fuimos en su busca por el pasillo.

Al verla nos tiramos a sus piernas para abrazarla y ella se agachó para besarnos nuestras pequeñas cabezas, recuerdo que llevaba en su mano derecha una bolsa grande con cosas.


Nos mandó volver a la habitación para enseñarnos lo que me había comprado para comenzar mi primer día de colegio la semana siguiente, yo cuando me acordaba me ponía algo nerviosa porque era una niña muy introvertida y tímida y, no me apetecía mucho salir de mi casa para ir a un lugar con muchos niños a aprender cosas que mis padres con entusiasmo me contaban.


Pero como era aún muy pequeña, rápido volvía a la felicidad que me producía disfrutar del momento presente sin tiempo ni futuro, y mi primer día de colegio dejaba de nuevo de existir.


Al entrar en el cuarto de estar mamá se quitó la chaqueta y sacó primero de la bolsa una cartera pequeñita que dejó sobre la mesa, no recuerdo muy bien como era, creo que de mano, sé que tenía una cremallera que iba de lado a lado y que mi hermana rápido tiró de ella para abrirla, parecía que la que iba a ir al colegio era ella, estaba feliz y deseosa de yo comenzará el cole, decía entre risas que así podría ir a buscarme a la salida de clase.


Yo en cambio puse cara de mustia porque me enfrentaba a mi primera obligación y sentía que no iba nada con mis deseos, y así fue como la cosa se complicó cuando sobre la mesa luego aparecieron unos cuadernos de caligrafía, un libro con dibujos y letras, un cuaderno de colorear, una caja de pintura de colores y un estuche que mamá me abrió para mostrarme dentro unos lapiceros y una goma de borrar.


Aún recuerdo que me sentí enfadada y le pregunté a mi madre porque tenía que ir a ese sitio llamado colegio, y que yo quería quedarme con ella y mi hermana siempre jugando. No recuerdo lo que me contestó mi madre, porque me quedé con un pequeño grito que lanzó en voz alta al darse cuenta de que se le había olvidado comprarme el sacapuntas.


Yo pensé ¿el qué?…. qué nombre más raro tiene eso, seguro que es algo horrible y, a continuación se me vino a la cabeza el hombre del saco por el parecido con la palabra saca-puntas.


Le pregunté a mamá para que servía eso tan raro y ella me dijo vocalizando la palabra lentamente para que la repitiese, que para sacar y afinar la punta a los lapiceros y así poder aprender a escribir muy rápido. Yo entonces cogí uno de la mesa y lo miré muy de cerca para con fastidio de paso pincharme al tocar su afilado extremo.


Tras el pinchazo el colegio se me hizo como un lugar peligroso, con el lápiz y el misterioso sacapuntas incluido.


Mamá me dijo que iría al día siguiente a comprarlo porque estaba algo cansada para buscarlo ahora, tras escucharla yo en mi cabeza me imaginé como una especie de máquina pesada con forma de organillo o molinillo que al dar vueltas sacaría afiladísimas puntas y entonces le pregunté a mi madre con intriga:


¿Mamá y donde lo vamos a poner cuando lo traigas? .-Le pregunté preocupada.


Pues dentro de tu estuche junto con la goma y los lapiceros, como debe de ser .-Me contestó riéndose.


En ese instante sentí estar perdida, no entendía como algo tan peligroso podría entrar en un sitio tan pequeño, entonces me acordé de las agujas que también odiaba.


Menos mal que el trasto de mi hermana llamó mi atención, cuando decidió en un descuido comenzar a colorear mi cuaderno nuevo de caligrafía y mamá quiso que yo con cuidado lo guardase todo en la cartera hasta el día siguiente que compraríamos el sacapuntas.

Con la novedad de las cosas para el colegio esa noche tuve una pesadilla con afilados lapiceros que se convertían en gigantes inyecciones para mí, mientras un médico le decía a mi madre que no olvidase comprarme el sacapuntas para poder pincharme.


Al día siguiente desperté algo triste, aunque se me pasó rápido, menos cuando veía la cartera sobre una silla de mi habitación y me venían todos mis temores.


A media mañana mamá nos llevó a hacer la compra, el último recado fue pasar por la papelería para comprar mi sacapuntas, yo estaba nerviosilla y al entrar se me iban los ojos buscando qué sería, grande lo que se dice grande no vi nada que imaginase, así que me tranquilicé aunque en el fondo no estaba muy convencida con lo que me dijo mi madre, entonces muy atenta me acerqué al mostrador para escuchar pedir a mi madre el sacapuntas.

La señora de la tienda que pensé debía de ser adivina me miró a mis ojos y me preguntó:


¿De qué color te gustaría, rojo, amarillo o blanco? .- Yo me quedé asustada, porque no entendía muy bien de colores de sacapuntas.


Rojo, como la sangre .- Le contesté.


La señora dijo algo así como qué graciosa y ocurrente era la niña, en cambio mi madre se quedó como seria.


Por fin, se dio la media vuelta la señora para aparecer con aquél objeto con forma de cajita pequeña que acercó a mi mano, reconozco que para mí desilusión no era muy grande como imaginaba y como decía mamá si cabía en el estuche, pero tenía un agujero como un pequeño túnel que no me gustaba nada y arriba sobresalía una ranura abierta con una especie de pequeñito botón que es lo único que me pareció bonito.

Mamá lo tomó de mi mano y lo guardó en su bolsillo antes de pagar, para mí fue un alivio porque no me atrevía a tocarlo más de la cuenta, ella me acarició la cara y me dijo que en casa me enseñaría a utilizarlo. A mí no me apetecía nada porque el sacapuntas no me gustó.


Al llegar a casa me hice la remolona todo lo que pude, pero mamá no tardó en mandarme traer la cartera y como una aplicada alumna me ordenó sentar y sacar mi estuche de la cartera para abrirlo y coger un lápiz, lo tomé con cuidado y ella en un movimiento brusco le partió la punta con los dedos, yo me asusté un montón y le pregunté preocupada si se había hecho daño, me contestó que no, pero que no lo intentásemos hacer nosotras porque éramos aún muy pequeñas y nos podíamos herir, al escucharla sentí que tenía que cuidarme de un gran peligro.


Con cariño puso el sacapuntas entre mis dedos pulgar e índice de mi mano izquierda para que lo sujetase, con su mano derecha tomó el lápiz y lo metió bien al fondo del agujero, luego cogió mi mano y me pidió que lo sostuviese con cierta fuerza, ella colocó su mano sobre la mía y me dijo que me quedará quieta, comenzó a girarle como las agujas del reloj muy lento y yo sentí la fuerza del lápiz al arremeter dentro del sospechoso agujero.


Para mi sorpresa por encima del sacapuntas al girar el lápiz salía una forma graciosa que parecía un trocito de pétalo de flor como de papel duro que resultó ser la madera del lápiz al descubrir la mina, al verlo se me escapó una sonrisa y todos mis miedos se fueron.


Luego mamá buscó un lápiz viejo y nos dejó probar solas, yo estaba muy contenta y mi hermana igual que yo, desde entonces sé que llevo un sacapuntas en mi corazón.







































30/11/11


TRABAJO TALLER FUENTETAJA


28-11-2011


Desarrollo de dos desenlaces (sorpresivo y/o esperado)



Se mantenían escondidos y aislados en la cabaña de la montaña para casi ya dos meses, solo Aurelio subía una vez cada quince días a llevarles provisiones. Estaban en busca y captura por el atraco a un banco en Valencia, de todos sus atracos éste último fue el más grave, no por el robo de los 30.000 euros sino por la muerte de un vigilante jurado.


Huyeron en coche hasta Santander para resguardarse en el valle del Pas, en la cabaña de verano de los abuelos de Nica, viejos pasiegos que mantenían sus vacas con la ayuda de su hijo mayor Aurelio, tío de Nica.


Nica no tenía ningún antecedente penal ni tan siquiera era probable que se la relacionase con Borja o Tomás, por tanto era muy difícil que llegase la policía hasta ellos.

Los abuelos parecían ajenos o tal vez se querían mantener a distancia de la llegada insólita e impetuosa de los jóvenes, algos extraños y con pintas raras.


Nica siempre fue conflictiva desde su más temprana edad, tal vez por la orfandad de madre y el abandono del padre, se crió con los abuelos y el soltero de sus tíos, Aurelio, que era la persona más compasiva y amorosa con ella.

Aurelio sabía del tejemaneje que se traían entre manos, de todo lo que había detrás, y a toda costa buscaba que la solución llegase cuanto antes, temía por su sobrina pero la conocía tan bien que cualquier paso en falso de presión la haría huir de nuevo con ellos.


Prefería mantenerse cauto y tenerla cerca, sabía que estaba enamorada de Tomás, y este joven era de los dos muchachos el más vehemente y peligroso, no quería que arrastrase a Nica hasta el precipicio más absoluto.


Los abuelos se quejaban a Aurelio algunas noches, inquietos y sospechosos de que algo peligroso los mantenía allí retenidos, el hijo temeroso de que los viejos se preocupasen lo más mínimo, les tranquilizaba haciéndose él responsable de todo.


Por otra parte, los jóvenes comenzaban a mostrar impaciencia y discrepancias en pareceres. Nica comenzaba a sentirse agobiada entre las cuatro paredes y la montaña, ésta la traía recuerdos y sentimientos encontrados de prácticamente toda su vida, deseaba lanzarse lejos, huir tal vez a Francia. Borja también empezaba a pensar igual, jamás había estado en toda su vida tanto tiempo encerrado en una casa y el campo lo veía de pasada, echaba de menos la calle, el trapicheo, las drogas pese que tenían un buen arsenal de hachís para pasar varios meses fumando sin medida.

En cambio Tomás se sentía seguro allí y hasta cómodo, descubrió en tantas horas de ocio su maestría para tallar madera con sus navajas, luego aquella montaña le embargaba de libertad cuando se escapaba por ella a caminar largas horas tocando el cielo.

En ocasiones frente al fuego de la chimenea en las noches frías que comenzaban a vaticinar la llegada del invierno y las nieves, sugirió la idea de quedarse allí eternamente como si pretendiese que aquel lugar fuese su último destino o reducto de vida.


Nica y Borja no dejaban de quedarse boquiabiertos al escucharle, para luego partirse de risa pensando que estaba flipando del porro que se acababa de fumar.


Se preguntaban con ironía que mierda harían alli con 30.000 euros dentro de una cabaña de vacas.


Llegado el invierno una mañana temprano apareció Aurelio con un cargamento de comida y víveres, los jóvenes aún dormían placenteramente en la parte de arriba, se sentó en un taburete de madera y espero a que se despertasen mientras se liaba un par de cigarrillos.


El primero en bajar fue Borja, soñoliento y con cara de haber pasado mala noche, le saludó amigablemente como de colega a colega, Aurelio solo veía en él a un joven desgraciado que con el coraje que desprendía podía haber tenido una vida de mucho provecho.


Comenzaron a charlar de banalidades y el tiempo, mientras el joven preparaba unos cafés para desayunar, el olor despertó a Nica y Tomás que bajaron apresuradamente, el olor era revelador de la llegada del tío de Nica con el café y las provisiones.


Al verle ésta se tiró como siempre a sus brazos, él en esta ocasión se le empañaron los ojos de lagrimas, nadie se dio cuenta por fortuna.


Con disimulo como si nadie supiese de que se trataba soltó como de costumbre todos los periódicos publicados en los últimos quince días donde aparecían menciones sobre el atraco.


--Primer desenlace--


Aurelio les ponía de esta manera en aviso de que la cosa estaba en apariencia tranquila pero no olvidada, la policía seguía con sus pesquisas.


Se despidió a media mañana de todos ellos, tranquilo, como siempre, quedó en volver en un par de semanas, en esta ocasión abrazó a Nica más tiempo que de costumbre, ella lo notó.


A la hora de marchar llegó la Guardia Civil por sorpresa, todos fueron apresados y juzgados, menos Aurelio y los viejos abuelos que no fueron condenados.


--Segundo desenlace--


Les avisó de que la guardia civil andaba por la comarca haciendo preguntas, y que corrían peligro, que no sabía cómo ni porque pero intuía que andaban cerca de ellos, les aconsejó huir esa noche sin falta, y para ello les ofreció dos coches para la huida hasta la frontera en Francia, en uno iría él con Nica y en otros los dos muchachos, los jóvenes comprendieron y aceptaron el plan.


Quedaron de madrugada, al amanecer salieron de Cantabria y en la autopista Aurelio se encargó de quedar atrás del coche de los jóvenes, al rato de este detalle estos fueron interceptados en un control de la guardia civil.


Nica y Aurelio huyeron de nuevo a casa, todo era incompresible, no entendían nada, lo cierto era que Aurelio robó el coche exprofeso de los jóvenes para dar el aviso, de este modo él solo acompañó a su sobrina para alcanzar la libertad de vuelta.


22/11/11

TRABAJO TALLER FUENTETAJA


21-11-2011


3 artículos de prensa en un único extracto


MONEY


Llevamos tres meses de viajes continuos a Roma, yo sigo entusiasmada pero en cambio Lola está un poco harta de tener siempre las maletas ultimadas a cualquier momento. Los viajes de trabajo para mí en general han sido siempre agradables, y en este tiempo mucho más porque estoy disfrutando de los mejores hoteles, restaurantes, fiestas y tiendas de la capital italiana del brazo de Salvatore y tratando con la jet más codiciada de la sociedad europea.


Salvatore es un magnate o como se lo quiera llamar de una conocida compañía automovilística, aparte de otro sinfín de negocios que preside y que al caso poco me importa, solo sé, que me contrató a través de mi agencia y que ha sido mi mejor cliente hasta la fecha.


Un día me llamaron y me dijeron que había un ejecutivo italiano que quería contratarme y que me preparase para salir lo antes posible a Roma, avisé a Lola mi ayudante para que me organizase todo a la perfección, como a mí me gusta, soy muy exigente, y no quiero que jamás me falte lo imprescindible en mis maletas para sentirme segura y cómoda ante cualquier imprevisto. En mi trabajo nunca se sabe, puedes ser requerida a las tantas de la madrugada en una fiesta privada y entonces tienes que resultar todo un acierto, o por el contrario, aparecer en una cena de negocios, impecable y considerada hasta el punto de que nadie te tache de una puta.


Mi andadura en este mundillo no es larga pero digamos que si intensa, el perfil de mis clientes es de lo más curioso y a veces extravagante, pero en su esencia son todos idénticos, y es que son multimillonarios. Yo sigo dos protocolos, nunca entregarme afectivamente pase lo que pase, y ser una mujer camaleónica, y la verdad que no me ha ido nada mal hasta la fecha, aunque sé que lo que cuenta es que resultes especialmente elegante, culta y despampanante y, sobre todo que en la cama seas lo más placentera para tu cliente.


Sin ir más lejos hace dos noches estuve con Salvatore invitada a una cena privada de un famoso director de cine en su magnífico castillo en las afueras de la capital, entre los comensales asistieron ministros, conocidos empresarios, reputados jueces, y hasta un alto cargo del Vaticano, entre otros.


Durante la velada después de muchas copas y otras sustancias, la madrugada se animó hasta el punto que entre juegos y juegos acabamos haciendo intercambio de parejas, y mira tú por dónde con la Iglesia me topé, este personaje de cierta edad pero tremendamente divertido, ante el desagrado de Salvatore que estaba algo reacio a compartirme, se subió sobre la mesa y dijo señalándome con su dedo índice:


EL VATICANO ANUNCIA QUE SERÁS MI PUTA, PARA TÚ SEGURIDAD (mirando con sutileza a Salvatore).


Sin quererlo me sonreí y susurré al oído a Salvatore que se lo tomase como una obra de caridad con la Iglesia.


Como siempre me entregué de lleno en mi labor, aunque mantuve la suficiente delicadeza para que Salvatore no se sintiese ofendido, mientras éste disfrutaba de una joven mulata que era espectacular.


Al llegar los primeros rayos de luz Salvatore y yo marchamos a Roma, al despedirme del personaje eclesiástico deslizó una nota en mi mano con gran encanto.


Al subir al coche Salvatore mandó al chófer elevar el cristal de separación para nuestra intimidad, antes de llegar a Roma tuvo dos orgasmos y en esta ocasión yo también, incluso disfruté.


Al mediodía desperté en mi hotel, estaba libre hasta el día siguiente que marchaba con Salvatore en un vuelo privado a Sicilia, decidí almorzar en mi habitación y luego ir de compras, avisé al chófer para que estuviese listo a eso de las cuatro de la tarde, mientras me preparaba hablé con Lola para que me diese el parte en general de mis cosas, desde gestiones bancarias, de trabajo, futuras citas, etc.


En ese momento recordé la nota, la saqué del bolso y encontré un número de teléfono y una maravillosa cifra. Di traslado a Lola para su archivo en pendiente.


En mi profesión todo se sopesa y con mucha mesura el dinero por exclusividad y dedicación.


7/11/11

TRABAJO TALLER FUENTETAJA

(07-11-2011)



APERTURAS:


Paradoja: Quién es ella...


Exageración: Imaginar más/menos allá de lo que ves...


Diálogo: Preguntar e indagar en ella...


Misterio: Seducción despierta por descubrir.



PARADOJA
Gritaba que estaba harto y amenazaba que quería ser libre, que un día no muy lejano se marcharía para recorrer el mundo sin dinero ni reloj. Así se pasó con la misma retahíla los días, semanas, meses y años, mientras sentado en su cómodo sillón de su carísimo salón ojeaba su revista preferida el “Coleccionista de Relojes”.

EXAGERACIÓN
En esta casa jamás nadie aceptaba ser invitado, aunque nada más entrar y pisar su pegajoso suelo difícilmente podías ya escapar. Los ácaros pululaban por todas partes y se hacían por su tamaño visibles como en una película 3D, n
i siquiera la luz conseguía penetrar por las costras de roña que habían en los cristales.
Las palabras brillo y brillante estaban ausentes en el diccionario del salón y no por error de página ni de imprenta.
A cualquier lugar que dirigieses tu mirada encontrabas omnipotentes restos de sustancias de todos los tamaños, formas, texturas, colores como si estuvieses descubriendo señales rupestres.
En su mugrienta cocina el encender una llama activaba las posibilidades del 70% de explosión, por la fétida conjugación de basura reconcentrada y de fornidas capas de grasa chorreantes.
Los baños parecían un lugar de tortura con restos de uñas y pelos como para hacer pelucas, la bañera y el lavabo llevaban marcas como los embalses por el agua estancada. Del retrete no cabe mención alguna, tan solo que prefiero pasar antes por un fenómeno de rescate Poltergeist.
En esta casa no hay aroma alguno y mucho menos de un simple hogar.

DIÁLOGO
Jacinta, Jacintaaaa, que se te está quemando las lentejas…vaya vieja sorda ésta mujer. –Gritaba Remedios por la ventana.
Ya vá, tanto gritar ¿qué pasa ahora?… -dijo Jacinta por su ventana.
Pues tú dirás, casi ná...que se te está quemando la olla. -Le respondió con sorna Remedios.
Pero que olla o niño muerto sino no tengo ná en la lumbre. -Contestó Jacinta mientras se remangaba el jersey.
Concholis, ¿entonces de donde viene ese olor a lentejas pegá? -Le preguntó a la Jacinta.
Pues yo no huelo ná y además anda y qué cojones sé… pues mira tú ésta ahora con lo que me viene, con todo lo que tengo que hacer. -Respondió Jacinta malhumorada mientras cerraba su ventana.
Ay, hija qué mal fario tienes, pues te vas a enterar pá la próxima. –Respondió Remedios despechada sin dejar de olfatear como un ratón.

COMIENZO MISTERIOSO
El anticuario la invitó a bajar al sótano donde rebuscando podría encontrar tal vez lo que buscaba. Al descender los últimos peldaños se sintió invadida por un escalofrío, aquél lugar era inmenso y abarcaba toda la planta superior del edificio, la búsqueda le llevaría días o incluso semanas, todo estaba revuelto y desordenado.
Se acercó a una cómoda antigua que estaba a unos centímetros de ella para por un instante apoyarse, el anticuario le preguntó si se encontraba mal, ella con una forzada sonrisa dijo que no.
Sabía que tenía que estar allí, pero su agotada mente no daba para más con las claves de la nota.










2/11/11

Taller Fuentetaja (31-10-11)


Apertura con desconcierto y comienzo en media res.



ALA ROTA

Boca abajo con la cabeza girada a la izquierda, yacía en el suelo una ninfa de pelo azul con un ala partida. De su oído derecho y de la comisura de sus labios morados salia un reguero de sangre que discurría por la acera mojada hasta alcanzar un charco de agua para reposar.


La madrugada estaba fría y muy húmeda porque durante la noche hubo niebla con llovizna, pero su pobre cuerpo lleno de juventud estaba helado especialmente porque estaba muerto.


Se llamaba Odinne y a pesar de sus veintiún años aparentaba ser una pequeña adolescente, su rostro aniñado junto con su delgadez y sutil fragilidad la configuraba como una niña de unos quince años. Llevaba seis meses en Londres en un colegio mayor para aprender inglés, venía de la Bretaña francesa y era considerada por sus nuevos amigos en esta ciudad como una alocada y desenfrenada chica dispuesta a saborear la vida en todo su juego.


En cambio los que la conocían de siempre, no sabían de esa Odinne, al contrario, sino de una joven prudente, tímida y con miedo a casi todo. Todavía sus padres y amigos recuerdan las vueltas que dio para decidirse y organizar un año de estudios en Londres. Jamás había salido de su entorno y ni tan siquiera de su país, por ello a todo el mundo estremeció que ella apareciese muerta en esas extrañas circunstancias.


Pero no había nada extraño la tarde antes en que Odinne en clase no paró de enviar sms para cerrar la hora en quedar con sus amigos, estaba impaciente porque llegase la noche y vestirse para la fiesta de Halloween, era la primera vez en su vida que se disfrazaba y no pudo escoger mejor disfraz que el de ninfa.

Desde que salió de casa no dejó de recibir miradas de aceptación y ensoñación por todas partes, incluso algún pequeño quedó exaltado al verla corretear por la calles con sus alitas transparentes como el agua, parecía una ninfa en toda regla.


Sus amigos, de esa noche no recuerdan nada extraño, salvo que se divirtieron a tope, no conocieron nadie nuevo ni hubo incidentes, se movieron de aquí para allá como siempre por los lugares cotidianos de sus fines de semana. Solo hubo alcohol declararon cuando fueron interrogados pero jamás sin dejar de controlar.


A eso de las cuatro de la madrugada se separaron, cada uno fue para su casa, de la pobre Odinne solo se sabe que cogió un taxi, recuerdan que al entrar se partió un ala que cayó al suelo y que ella tomó para llevarse bajo el brazo.


No se supo más, hasta encontrar su aterido cuerpo en una acera lejana de una barriada de las afueras del centro, de la autopsia se revela que un golpe certero producido por su propia caída la hizo reventar la parte cerebral derecha, el golpe fue seco por un cuadro anterior de parada cardíaca, nada extraño según dictamen forense por la gran ingesta de drogas que llevaba.


Jamás se halló su ala rota.

25/10/11







EL SOMBRERO
Hay una bella leyenda que narran los habitantes del norte de Irlanda sobre un misterioso sombrero con formas y estilos diferentes que se aparece por azar a determinadas personas y que te lleva a toda una experiencia si te lo pones. Confieso que más que una leyenda es una realidad por los innumerables testimonios que hay recopilados, tanto fuera de los condados del norte de este país, como de mi breve encuentro con el supuesto sombrero.


Este verano como decía he pasado mis vacaciones en Irlanda, en concreto en el norte, en una pequeña aldea situada en la costa, llena de acantilados y calas desiertas, el tiempo ha sido el propio de la zona, un sol tenue azotado por numerosas nubes la mayor parte de los días y, un viento purificador casi constante, que en vez de hacerse incómodo te lleva si tienes paciencia a escuchar cantar a la mar de la mano de la hierba tierna y salvaje que inunda todo el campo. Por supuesto, tampoco ha faltado la lluvia como es menester en estos parajes, que te sacude de nostalgia y paz en especial cuando la ves caer tras los cristales, y que hace de esta tierra en resumidas cuentas un lugar idílico de vida y calma.


Recién llegada una tarde de esas en que el tiempo no propiciaba para largos paseos por los acantilados, decidí irme a la taberna del pueblo a tomarme una infusión con unas pastas, la taberna es de las típicas de madera, acogedora y cálida donde todos los habitantes acaban pasando un rato a lo largo del día para tomarse una stout, hot whiskey o irish mist preferiblemente.


Me senté en un rincón en un banco de madera pegada a la pared en una mesa para cuatro desde la cual divisaba prácticamente toda la barra y los asistentes. Mientras me debatía con el escurridizo paraguas que se me caía cada dos por tres al suelo me encontré de repente frente a mí a un joven pelirrojo que me preguntó de donde era, yo le respondí ilusionada que de España, a partir de ese instante se sucedió una amena y larga charla que me llevo toda la tarde y parte de la noche con este simpático irlandés llamado Dick que se brindó a ser mi amigo y guía particular en mi estancia.


Quiero mencionar que de ahí surgió una bonita amistad y un profundo agradecimiento por las maravillosas semanas que he pasado junto a él, sus amigos y familia que me han dado la oportunidad de conocer a una Irlanda hospitalaria, orgullosa, noble y divertida.

Una mañana como de costumbre quede con Dick después de desayunar, en el centro del pueblo para recogerle en su casa, yo había preparado ese día unas tortillas de patatas, una para llevarnos de excursión a la playa y otra para sus padres que estaban deseosos de volver a comerla después que les invite a mi casa una noche a cenar y probaron lo que ellos llaman “Delicacy of the sky” un manjar del cielo, mi tortilla de patatas made in Spain.


Cogimos de una especie de granero cerca de su casa unas bicicletas y con nuestras mochilas llenas de fruta, bebidas, queso, la tortilla, pan y galletas nos fuimos a recorrer unos seis kilómetros de sendero de costa para llegar a una cala que me encanta cerca de Coolanlough, en este pueblo paramos para recoger un original chubasquero verde con ovejitas blancas que Dick había encargado para regalarme por sorpresa, cosa que le agradecí en especial a la vuelta porque nos pillo una buena tormenta de agua que mi pobre chubasquero traído de España no hubiese aguantado.


Al bajar a la playita, nos acomodamos en una especie de gruta que nos protegía del viento, Dick acostumbrado a estas frías aguas se metió rápido al mar, yo mientras me lo pensaba vi por azar que el viento arrastraba un sombrero de paja hacía la orilla, me pregunté de donde vendría pues en ese lugar no había nadie, pensé que tal vez sería de alguien que lo había perdido en esta zona, los sombreros vuelan al menor descuido por estas tierras, así que contenta saqué mis pies del agua y fui corriendo a su encuentro, sin dudarlo lo tomé, me pareció bonito y me lo coloqué en mi cabeza y sentí que estaba muy guapa.


Dick a lo lejos me llamó insistente para entrar de una vez al agua, yo me quite el sombrero y agitándole en mi mano le dije que me lo había encontrado, al final se salió al comprobar que no iba a conseguir que me bañase. Al verme con el sombrero en la cabeza se sonrió y me empezó a salpicar con el agua fría, por instinto me defendí y entre tanta agitación el viento de nuevo me arrebató lo que no era mío y el sombrero se elevó tan alto que fue imposible alcanzarlo.


Debí de poner una cara de gran desilusión porque Dick al tumbarnos al sol me comenzó a hablar de una leyenda sobre un sombrero misterioso que va de cabeza en cabeza, yo atónita e ilusionada por la historia le pedí que me la contará, incluso me insinuó que tal vez el sombrero de paja fuese él mismo que a cientos de personas desde el 1800 se les ha aparecido en su camino y, aunque en mi caso haya sido solo por unos minutos podría sentir que era toda una afortunada.


Yo muerta de risa e impaciente le dije que comenzará a contarme las intrigantes historias, sabía muchas pero el caso más directo que conocía era el de su tío materno Patrick, que hace unos diez años viniendo de viaje en coche hizo una parada en un restaurante de Belfast para cenar y, al salir se encontró por sorpresa un elegante sombrero negro de fieltro con unas plumillas de avestruz en el capo de su coche.


Yo toda emocionada le pedí que me lo contará despacio para no perder detalle, entonces sugirió que si me apetecía podíamos quedar con su tío por la noche en la taberna y así de paso nos presentaría y me narraría con todo detalle su experiencia, yo encantada acepté y Dick sin perder un minuto buscó su móvil en la mochila y cerró la cita para las siete y media.

A las ocho de la tarde llegué con retraso a la taberna por el diluvio que caía, la taberna estaba a tope, unos cuantos conocidos me saludaron y me mostraron una mesa al fondo cerca de la escalera de los baños donde encontré a Dick con su tío Patrick y dos amigos más cuyos nombres no recuerdo, forrada con mi maravilloso chubasquero de ovejitas y mis botas de agua me excuse, Patrick rápido se levantó con un grata sonrisa y me lanzó un abrazo, yo por costumbre le metí dos besos como al resto.


Después de acomodarnos con unas rondas de stouts y quedarnos por fin solos los tres, salté rápido a la anécdota de la mañana en la cala con el sombrero de paja, el tío de Dick un robusto hombre de mediana edad, simpático y bonachón no dudo en soltar una carcajada cuando me escuchó, para desconcertarme al decirme que lo de mi sombrero de paja había sido una especie de mensaje o señal.


Yo no entendía nada pero de repente una seriedad le invadió y comenzó a narrarme su experiencia, recordaba con toda exactitud aquella noche en Belfast y como al regresar a su coche se encontró el curioso sombrero, contó que a los segundos de tocarlo y examinarlo se acordó de la leyenda y sin más se lo colocó, le quedaba como un guante, dicen que es un buen indicio el que te lo encuentres por azar y que al ponértelo te caiga a tu medida, por tanto, no debes rehusar a quedártelo.


Mientras conducía hacía su casa le invadieron dudas y llegó a pensar que tal vez era una pura casualidad del destino o incluso la broma de algún paisano que cansado del sombrero lo dejó sobre su coche, el caso que ante la duda y los numerosos testimonios escuchados desde niño, quiso probar y dejarse llevar por la experiencia.


Al llegar a casa se acostó muy cansado y dejó el sombrero sobre el sofá del salón, esa noche tuvo muchas pesadillas referentes a su pasado, e incluso algo de fiebre, pero al despertar pese a la mala noche se encontró muy vital y alegre y se preparó para ir a dar de comer al ganado como de costumbre, sin olvidar ponerse antes de salir su nuevo sombrero; dice la leyenda que tienes que tenerlo puesto dos días seguidos mínimo, luego el sombrero desaparece por arte de magia.


El primer día fue desarrollándose con pensamientos constantes en el pasado, con subidas y bajadas de ánimo, con estados de exaltación y otros de profundo dolor ante recuerdos dados por olvidados, también dice la leyenda que el sombrero purifica tu mente, recuerdos y sentimientos hasta llegar a tu alma, así que aguantó el desconcierto emocional que tenía encima sin osar quitarse el sombrero solo por una honda intuición, pese a ser un hombre que no daba muchas vueltas a las cosas y pecaba de algo incrédulo.


La siguiente noche fue peor que la anterior e incluso pensó que lo primero que haría al levantarse sería tirar el sombrero a la basura; otros testimonios coinciden exactamente en esa profunda convicción que se tiene el segundo día de que el sombrero es el artífice de todo y en querer desprenderte de él.


Por sorpresa de nuevo, al amanecer y despertar lo hizo de una forma mucho más vital y feliz que la mañana anterior y que recordase desde hacía mucho tiempo, así que todo animoso preparó al ganado con su maravilloso sombrero en la cabeza y se acercó al puerto a solucionar unos papeles de un barco que había vendido de pesca, en principio era un día algo pesado, pero dicen todos los que aquel día le vieron que les resultó su presencia como especial y relajante y lo insólito que nadie observó el curioso sombrero en su cabeza que desentonaba a la legua con su atuendo de típico granjero, pero en cambio Patrick nos juró que a todos les mencionó lo de su nuevo sombrero y que incluso lo tomo varias veces en su mano para mostrarlo, por el contrario nadie recordaba nada de aquello, el caso que el día se desenvolvió a las mil maravillas y el tío de Dick se sintió feliz y lleno de amor por todo y todos.


Al llegar la noche nos contó que estaba algo temeroso de dormirse pues las noches anteriores habían sido terroríficas, así que decidió quedarse en el salón viendo la tele hasta el amanecer y con el sombrero puesto dado que pensó que tal vez así se mantendría la dicha que tenía encima, de esa noche no hay recuerdo alguno, solo que despertó a la mañana siguiente en su cama, hasta con el pijama puesto, todo en aparente orden, muy feliz y tranquilo, pero en cambio el sombrero se había esfumado por arte de magia de su cabeza y de su lado.


No le importó, rápido supo que su misión con él había terminado, el caso que nos confesó que el sombrero le había curado dos grandes espinas de dolor que llevaba en su corazón, una por su mala relación con su padre durante toda su vida y otra por la pérdida del barco de pesca a causa de unas deudas de juego con un vecino tramposo, el caso que todo su penar, rencor y tristeza quedaba olvidado, como si solo hubiese sido un espectador frente a una pantalla de cine de todas aquellas dolorosas experiencias, por fin, se sintió libre y en paz de corazón y alma.


Dick y su tío me contaron un par de testimonios muy curiosos pero en base casi similares, mientras yo, con mi cara ensimismada me seguía preguntando si el sombrero de paja podría ser el famoso sombrero misterioso, en mi caso me quedaba con la gran duda.


La verdad que al despedirme de ellos y regresar por la noche bajo la incesante lluvia torrencial a casa, me imaginé yo toda contenta con mi original chubasquero de ovejitas y el prodigioso sombrero de paja sobre mi cabeza, estaba claro pensé que el supuesto sombrero misterioso de la playa conmigo no quería cuentas algunas, tal vez porque mi mejores curas vienen de la mano de maravillosas personas como Dick y de misteriosas leyendas llenas de amor y luz.

18/10/11

LOS LIMONEROS

Taller Fuentetaja (17-10-11)

Trabajo sobre metáfora de situación

Al entrar al patio lo primero que he visto han sido los limoneros que llenan el jardín, aquí permanecen para mi sorpresa e inconfesable agrado después de 15 años, tan recios y bellos como los recordaba, son los únicos que se mantienen de forma inexplicable iguales desde la última vez que estuve antes de lo ocurrido, lo demás rezuma olvido, tristeza y dolor.


Pese a ello, reconozco que han conseguido curiosamente arrancarme una sonrisa de felicidad con vueltas a los recuerdos, como las que daba de niña cantando en torno a sus troncos cuando veníamos en verano con los abuelos, también me han acercado a las tardes que nos subíamos mi hermano Gabriel y yo en las viejas sillas de cenefa para intentar alcanzar con nuestras pequeñas manos los limones que la abuela Bisi reclamaba a gritos para prepararnos las limonadas con una pizquita de hierba buena, que nos saciaba del todo la sed de la calurosa dehesa extremeña. Así como las veces que ayudamos a podar sus ramas entre risas y juegos y, las curiosas e inventivas incrustaciones que hacíamos en sus troncos con la navaja a escondidas para verlas decíamos después de 200 años.


Por momentos me he emocionado más de alegría que de pena; por eso, no he querido mirar directa sino de reojo al limonero del pozo, me ha perturbado sutilmente su presencia, aunque sin culpa en este caso me ha llevado con regocijo también a las noches de esos veranos vacacionales en los que sentados o tumbados sobre el pozo tapado mirábamos mi hermano y yo la luna entre sus hojas y emulábamos los versos aprendidos de memoria durante las siestas de Rafael Alberti, García-Lorca, Machado y mi querida Alfonsina Storni con un recital de poemas a toda mecha que estropeábamos en la carrera de quien de los dos sería de mayor mejor poeta.


No quiero en el fondo deshacerme de esta casa, ni olvidarme de esa parte de mi vida, pero ya no queda nadie, todos se han ido aunque en verdad desde aquello todos nos fuimos, ahora está el futuro, mi hija Clara, pero me da miedo desempolvar los ruinosos sentimientos que me trae este lugar, aquellos que marcaron el final de este maravilloso punto.

 
Son los limoneros los únicos testigos que albergan junto con la ruinosa casa los secretos y vivencias de cinco generaciones sin no me falla la cuenta, siento que somos demasiada gente e historias para sus ramas, pero sin quererlo tal vez sean inmutables al tiempo y la tragedia pasada.

Aún así, no sé bien que haré, hoy una vez aquí en el reencuentro, no sé si podré olvidarme de todo esto y quedarme y aliviarme de la maldita estampa que se grabó como un estigma aquella tarde en mi alma, y ser capaz alguna vez de recobrar el aliento bajo el limonero del pozo y exculparle de dejar soltarse a mi hermano de sus ramas para caer al vacío y un golpe seco arrancarle su última sonrisa pintada de sangre, y sentarme un día con mi hija bajo su sombra mientras le desentierro mis recuerdos bellos como cuentos.

De nuevo con agrado los observo y siento que tal vez vaya siendo hora de tomar ejemplo de ellos y pese a la desdicha y la adversidad ser inmutable como parecen al tiempo y la tragedia, y seguir adelante con el esplendor que da la vida sin culpa ni culpables.

































11/10/11


TALLER FUENTETAJA

Trabajo sobre inversión (03-10-2011)




MORALIDAD

Una tarde más, Claudia subió a toda prisa por las escaleras a su habitación, de un portazo cerró la puerta y tiró su bolso y la carpeta de estudios al suelo. Acto seguido se dejó caer boca arriba sobre su cama, se descalzó con los pies; respiró hondo y tomó unos minutos de relax mientras se lamia los labios con excitación imaginando el placer que se le avecinaba.

Transcurrido un tiempo, de un salto se incorporó y decidió escoger la ropa interior antes de ducharse, rebuscó con impaciencia un conjunto rojo de encaje que escondía en la que ella llamaba la Caja de Pandora, una caja camuflada y oculta en el interior de su armario entre mil trapos y vestidos que contenía la ropa que se compraba a escondidas en los sex-shops, al encontrarlo se le iluminó el rostro, era con el que más sexy se descubría.


Mientras se desnudaba juguetonamente se dispuso a encender el ordenador…

En estas tardes de todas sus manías y excentricidades habían dos que eran ya un ritual, la primera echar los cerrojos de casa y el de la puerta de su habitación, sabía que era imposible que nadie apareciese por allí antes de las once de la noche, pero por prudencia se mostraba cauta en tomar todas las medidas necesarias para no ser jamás pillada, la otra, colocar sus zapatillas separadas y frente a la puerta de su dormitorio en señal de vigilancia, con todo esto se sentía suficientemente segura para una vez salida de la ducha transformarse en La Flor Viciada.


Este era su nombre carnal, por llamarlo de alguna manera, con el que todas las tardes conectada a una página de sexo se mostraba en cámara de lo más ardiente e insinuante para calentar al personal con tórridas palabras y obscenidades, tenía muchos seguidores, más de los que podía atender, gratis por supuesto, esto era un juego para ella, un juego secreto que surgió hace dos años por azar, una tarde de invierno que trasteaba por páginas inconcebidas cuando flaqueaba su relación de pareja con Marcos.


Hoy jueves ha quedado primero con Carlo un musculoso portugués afincado en Bruselas que es de lo más divertido y sugerente en temas de sexo, luego con Lobo, un gaditano casado que siempre la insiste en conocerla en persona para que se entere de lo que vale un peine, más tarde con un madurito anónimo que podría ser su padre, y que le encanta por el juego seductor que con ella se monta de hija mala y, por último, un nuevo contacto que le resulta muy estimulante porque la provoca con su órgano tatuado y el rostro tapado, estos son una pequeña muestra del personal de lo más misterioso, variopinto y degenerado que la pone.


Más tarde después de excitarse con ellos un sinfín de veces con sus consiguientes orgasmos, vendrá la noche y caerá recolocarse como Claudia, devolver la ropa a la caja de Pandora bajo cien vueltas de llave, vestirse con el pijama de flores, dar una patada con repulsa a las zapatillas que se interponen para descorrer el cerrojo de su guarida, y que corra el aire de sobra viciado y atrapado, y solo de tarde en tarde sin previo aviso y en algunas ocasiones, cuando eso de la conciencia la empuje a trompicones, se acercará al espejo para contemplar extasiada su trastorno, mientras, sin compasión permitirá que Marcos siga aguardando impaciente la virginidad que ella defiende.





MICRORELATO

FICCIÓN


Bing, bang, bung...los tiros se cruzaban de un bando a otro, Rogelio agitado con su mirada helada en el objetivo daba las dos últimas caladas a un pitillo certero, en un instante un estruendo le echó para atrás, al abrir los ojos el televisor había reventado, maldita sea pensó asustado...me he quedado sin la jodida guerra.

7/7/11



VAYA METEDURA DE PIES...


Cómo me gustaron en su día aquellos zapatos, me parecían los más bonitos del mundo...No había otro par que se le igualase, bueno, eso quería yo.

Por eso los escogí, aunque rápido ví al probármelos que me quedaban pequeños y me harían daño, pero me gustaban tanto..., que me convencí que los daría de sí.

Tanto como digo, que los aguanté hasta que se me arrugaron las uñas de mis pies y acabé con andares extraños y dolores hasta en el reir.

Un día dije no puedo más y opté por quitármelos... ¡Dios que agonía!, por poco me muero al arrancarlos de mis castigados e irreconocibles pies.


Los recuperé con el tiempo y no digo los zapatos sino mis pedestales, porque una tiene suficiente brío para apechugar con las malas elecciones y salir adelante por, valga la redundancia, sus pies.

Desde entonces procuro ir libre, o sea descalza, y en caso contrario me he hecho con un par de zapatos con talla suficiente que son la horma perfecta para mi bonito caminar.

21/6/11

TRABAJO TALLER FUENTETAJA




(20-junio-2011)



Texto basado en diálogos.



..."PROMEDIO"...


-¿Jorge, llevas mucho tiempo esperando?
-Que va, acabo de llegar a casa, no me he quitado ni la corbata.
-Uf, menos mal, perdona el retraso… ¿Qué tal tu día en la oficina?
-Un horror, todo va de mal en peor, sino fuera por nuestros momentos, no sé que sería de mi vida.
-Anda tonto no exageres, aunque reconozco que me encanta las cosas que me dices. Sabes una cosa, cada vez te quiero más, por cierto, qué guapo estabas ayer con esa camisa rosa.
-Pues no quieras saber quién me la regaló…
-Ya supongo, bueno el caso que el buen gusto viene de familia, ¿no?.
-No lo discuto, pero de verdad Alicia esto es una pesadilla, no aguanto más, créeme que ayer estuve a punto de besarte cuando brindamos en la cena y decirles a todos lo nuestro, es más, anoche soñé que se enteraba, me amenazó con acabar contigo y te culpaba de todo, te llamó incluso puta.
-Venga Jorge, fue un mal sueño antes de que suceda eso, tú y yo lo habremos arreglado civilizadamente, hablaremos con ellos sin falta a principios de verano, y ya verás como lo comprenden y tendrán ocasión de asimilarlo durante las vacaciones.
-No sé Alicia, estoy algo desanimado… siempre surge algún impedimento que nos retrasa para estar juntos, lo último, la operación de Luis, Dios santo, casi medio año de convalecencia y aún así, todavía no le veo yo muy tieso, pese a que tú digas lo contrario.
-Lo sé, pero bueno, no quiero hablar más de ese tema, sabes que es por humanidad, no puedo consentir que un día mis hijos me echen en cara que pedí la separación a su padre en plena enfermedad, sabes que su problema de riñón es muy delicado, tú mismo me dijiste el día de su ingreso que le viste muy mal.
-Cierto, incluso tuve en la sala de urgencias un mal pensamiento que ya te conté.
-Ya, lo recuerdo, pero no te atormentes a mi también me pasó, el estar separados es un castigo, Dios cuánto te echo de menos. Por cierto, vais a la cena en marzo de mis primos de Toledo.
-¿Qué dices?, los de tu tía Amalia, no me ha dicho nada…espera un segundo, creo que ha llegado a casa. Joder, ¿qué hace aquí hoy tan pronto?...



En un segundo Jorge cierra su messenger y busca rápido abrir un archivo de Excel, algo desconcertado tantea si salir al encuentro de su esposa o hacerse el ocupadísimo, al final opta por levantarse de la butaca y salir en su busca.
Elena cielo, ¿eres tú? –gritó desde la habitación.
Si claro, quién sino –contestó ella con falsa desgana desde el pasillo mientras arrojaba las llaves sobre la mesa del recibidor.

En tanto Alicia se volvía a quedar una tarde más tirada frente a la pantalla de su ordenador, fastidiada en su fuero interno por la contradicción que Jorge demostraba en cuanto temía ser pillado. Después de media hora de espera para ver si se conectaba de nuevo o le mandaba algún mensaje al móvil, desistió desilusionada y se levantó para preparar la merienda a sus hijos que jugaban en el patio.



Pero bueno que haces tan pronto en casa, ¿te pasa algo? –le preguntó Jorge al encontrarse frente a ella en el salón.
Jorge mi amor abrázame con fuerza –le pidió muy mimosa antes de besarle en la boca.
Tras besarla y abrazarla, le preguntó algo confuso. – Elena ¿qué te sucede?, déjate de jueguecitos que te conozco.
Ella le abrazó de nuevo con más fuerza y le susurró al oído –Nada cielo, tan solo que vamos a ser papás.

La primera sensación que tuvo Jorge fue de pánico y desconfianza, sabía de sobra que Elena intuía que él ya no era feliz en su matrimonio pero estaba convencido que era una mujer muy inteligente y segura como para intentar retenerle con el engaño de un hijo.
¿Qué dices?, no puede ser, si tomas la píldora– le dijo mientras la sujetaba de los brazos para retirarla de su pecho y mirarla fijamente los ojos.
Ya lo sé, pero no sé, tal vez un descuido, yo que sé… ya sabes que a veces se me olvida, en fin que soy un desastre en la cuenta de los días esos de descanso.

Elena comenzaba a inquietarse y logró soltarse de sus brazos con la excusa de quitarse la chaqueta.


Jorge en ese instante levantó sus manos y tomó su cabeza en un gesto de desolación y la dijo -Pero bueno y como no me has dicho antes nada, no sé, habrás notado algo, algún retraso… ¿no sabrás ya de cuanto estás? .
Pues de once semanas más o menos me ha dicho hoy el ginecólogo- le replicó algo mosqueada.

Joder, Elena ¿vienes del ginecólogo?, y a estas alturas sin decirme ni una sola palabra, no doy crédito a tu comportamiento –le recriminó con una mirada de indignación.


Pero Jorge de verdad, ya está bien, no sé de que va todo esto, yo lo único que he hecho es…pues comprobar un par de retrasos e ir a la farmacia y luego al ginecólogo, además no se lo he dicho absolutamente a nadie, ni siquiera a mi madre ni a mi hermana, ya sabes que soy muy independiente y no quería que nadie se ilusionara en balde ¿vale? tú eres el primero en saberlo -le zanjó acariciándole la cara para apaciguarle.


Él en cambio se fue directo al sofá a sentarse, claramente detectó que estaba sufriendo un ataque de ansiedad, como en otras ocasiones no tuvo más remedio que recostarse para quedar inmóvil, y controlar su respiración para no hiperventilar y acabar sin conocimiento.


Aún así, comenzó a sudar con exageración, su pasado, presente y planes de futuro se entremezclaron de galope en su mente, pensó en la cara de Alicia cuando se enterase de la noticia, por otra la felicidad de sus padres con un nieto, luego a Elena con su enorme panza organizando la ropita del bebé, la nueva sensación de ser padre, la responsabilidad, y, un sinfín de emociones agridulces que le hicieron sin control comenzar a llorar.



Elena se quedó petrificada observándole un rato, tras ello comenzó también a sollozar y le dijo -Dios, pero ¿qué te pasa Jorge?... parece esto una desgracia, no te imaginas el disgusto que me da verte de esta manera.
Discúlpame, necesito un rato de silencio y soledad, ya sabes que llevo meses algo estresado por el trabajo y sufro de ansiedad, además la noticia así de repente, tu falta de confianza, el día tan duro … en fin que me encuentro algo mareado y desbordado, pero tranquila se me pasará…le respondió con cara de angustia y compasión.
Bien, te dejo un rato para que te tranquilices, voy a enviar un e-mail a la oficina mientras me preparo un baño para relajarme, porque ahora tengo que cuidarme más que nunca y lo pienso hacer tanto por mi como por mi hijo –dijo Elena con tono de contundencia y una profunda mirada de decepción.


Tras unos minutos Jorge no pudo evitar sentir un hondo sentimiento de culpabilidad y consternación por no controlar sus emociones, en resumidas cuentas ella no era responsable de nada, ni tan siquiera de su desenamoramiento, al contrario, reconocía que era una mujer maravillosa, y por primera vez se planteaba y cuestionaba porque un día se enamoró de su cuñada.

7/6/11

Eran la cinco de la mañana, lentamente y algo aturdida me desperté de todo lo acontecido en la pasada tarde y noche en la cabaña. Lo primero que me resultó familiar de sobremanera fueron los cantos misteriosos de los pájaros sobre el tejado, parecían hablar. Luego cuando por fin abrí mis ojos vi como las ráfagas de luz que se colaban por las rendijas de la puerta de madera roída se transformaban en una espesa niebla de colores que se agitaba con fuerza de un lado a otro, recuerdo que quede ensimismada pero no tuve miedo, en cambio al respirar, el oxígeno me resultó más puro y denso que de costumbre en el altiplano peruano.

Eché un vistazo a mi alrededor y vi que todos seguían dormidos con una serenidad en sus rostros indescriptible, pese a que me sentía extraña, una sensación de plenitud y amor universal jamás experimentada con nadie ni por nada me invadía, temí estar bajo los efectos aún del brebaje, de inmediato reaccioné y pensé que jamás pondría en mi mente ni en mi boca esa palabra para tan iluminadora planta, hecho que ratifico.

A continuación, me levanté del suelo con una energía pura de sentir el cielo y la tierra, al abrir la puerta nada más salir me tope con el chamán de frente, en sus ojos vi una bondad y amor infinitos, no me dijo nada y de nuestros labios surgió al unísono una sonrisa nacida del alma, me cedió el paso y él entró dentro.

Al salir me deje caer de rodillas al suelo y besé la tierra, acaricié la hierba con mis dedos un buen rato y comencé a llorar de absoluta felicidad, hasta que me tumbé con mis brazos y manos abiertas en cruz boca arriba reverenciando al cielo nublado por su protección en plena catarsis de amor.


Respecto al transcurso de la pasada tarde y gran parte de la noche, no hay palabras, ni dibujos para plasmar la maravillosa Odisea que experimenté en aquellas intensas y a la vez fugaces nueve horas en que llegó a mi boca la infusión sagrada. Al inicio del ritual me purgué físicamente, vomité, sufrí, temí, lloré, vi la muerte, la toque y volví, renacida, descontaminada en gran parte del ego, de miserias y experiencias pasadas hasta alcanzar una consciencia casi absoluta.


Una vez en este punto de consciencia me adentré en dimensiones insospechadas, agudicé mis sentidos por diez, vi la interconexión de energías en una única que conforma todo el Universo, me comunique con las plantas, con animales, con la tierra, alcancé un estado de iluminación divina.


Con el tiempo y más tomas he eregido mi verdadera esencia, la de la energía indescriptible y única que conforma nuestro infinito Universo y cada uno de nosotros, bajo esa conciencia absoluta que he mencionado me muevo y me agito en esta dimensión o realidad.


De todo esto, me alivia el tener testigos de aquella noche, y sentir como un hecho considerado insólito y de una cierta locura se convirtió en todo un derroche de ternura para mi alma y la de mis compañeros, no estamos locos al contrario somos unos privilegiados por ser escogidos por ella, dicen los pocos chamanes de este gran ritual sagrado que todos los que llegamos, especialmente de tan lejos, somos llamados para la cura.


Y era cierto, antes no nos conocíamos ninguno de nosotros y llegamos a este punto de una forma insospechada, misteriosa y claramente causal, todos unidos por un nexo en común, un sueño premonitorio, y de ahí la búsqueda hasta acabar en Perú, intrigados y hasta desconcertados pero convencidos de lo desconocido.

Tumbada esperaba nerviosa por recibir a mis compañeros al despertar, el despertar más real de nuestra vida y allí surgió de nuevo el chamán, un viejito escuálido y ennegrecido por el viento y la luz, me tendió sus manos como cuando a un niño caído le animan a levantarse, sus frágiles manos huesudas encerraban una fuerza que me transmitieron al agarrarlas el mismo vigor y poder experimentado en la noche con la toma.


Me levanté y le abracé llena de gratitud, parecía a mi lado un muñeco quebrado, en cambio de nuevo sentí su magnitud y poderío exacerbado a su lado, pensé que era un hombre milagroso que encerraba en su ser el secreto ancestral de la energía mas pura y blanca, me tranquilicé y llegaron a mí las primeras palabras de la mañana de su boca.


Lo que me dijo era ininteligible, siempre lo recuerdo como si una programación mental se tratará: ¡Hie chahuru naim brascan!...


Le dije que no comprendía y con sonrisas me lo repitió no sé cuantas veces, en un punto entré en trance, aquello me superó de nuevo y por respeto a mi, a él, a la conciencia superior no escribiré sobre ello.


Al despertar a esta realidad o para entendernos, cuando salí del trance, aparecí en un bosque totalmente desnuda, no fui consciente de mi desnudez en ningún momento hasta llegar a la aldea, y ni tan siquiera me importó, nadie se extraño salvo mis compañeros de viaje. Anduve la mayor parte por un oscuro bosque, caminando descalza sin sentir nada extraño en la fina piel de mis plantas, sin temor, sin dificultad, guiada por mi brújula intuitiva hasta llegar de nuevo a la cabaña.


Llegué sin sentimiento de extrañeza alguna, curiosamente mis pies seguían intactos, imposible para una persona que jamás ha caminado sin calzado y menos por bosques amazónicos. Estuve caminando aproximadamente ocho horas cuando desde la cabaña al bosque y su regreso hay dos días y medio a pie, inverosímil, pero cierto, la garantía que traje en mi mano una rama, la tomé por azar de una planta también sagrada que nace solo en la zona más profunda y secreta del bosque, hubo muchas más curiosidades, como que gran parte de mi viaje me acompañó una serpiente parecida a una anaconda.


Al regreso uno de mis compañeros Erick, me comentó en el avión que surgí del camino como una especie de diosa, irradiada de luz y armonía, y que el chamán les dijo que había ido a encontrarme con mi alma, me gustó escucharlo después del pacto de silencio que decidimos todos.


Desde aquél viaje mi vida ha cambiado, de los siete personajes variopintos que acudimos cuatro de ellos en los que me incluyo hemos sufrido una metamorfosis existencial y espiritual muy profunda, pongo por ejemplo a mi amiga Corinne una ex directiva de la televisión francesa, que abandonó su cómoda y aparente triunfante vida para emprender al sur de la India un proyecto humanitario digno de alabar con niñas explotadas y vendidas.


Cuatro años han transcurrido de nuestra maravilloso encuentro y seguimos los siete dispersos por el mundo unidos a través de ese sueño extraño, cuando acontece rápido nos ponemos en contacto, un dato curioso, sucede la misma noche y estamos en el altiplano, entonces sabemos que tenemos que reemprender la reconexión con lo sagrado.

27/5/11

Gracias hermano, por faltarte tiempo para brindarme de nuevo mi poema preferido de mi Alfonsina Storni, (he incluido hasta la foto por ti escogida).


Como también escribió Alfonsina en otro poema y es el encabezamiento de este blog, cuando lo viejo se hace nuevo, que sepas que tú hoy, lo has hecho por ella con este bonito detalle.


Un beso y arriba REBELDÍA

Amo todas las auroras y odio todos los crepúsculos.



¡Qué hermosas las sendas

que no tienen fin!


¡Qué hermosos los días


que no tienen noche!


¡Qué hermosas las cosas


que nunca se hicieron!...


Las columnas truncas,


los vazos trizados,


las líneas no rectas...¡


Lo que no se rige


por orden expreso!



Ir como las barcas


que no tienen remos...


¡Ir como las aves


que no tienen nido!


¡Ser algún capullo que no se adivina!


¡Poder algún día


quebrar con la marcha



de las cosas hechas!



¡Detener la tierra!



Dos y dos son cuatro...


¿y eso quién lo sabe?


Y... ¿si se me ocurre


que uno no es uno?






16/5/11


TRABAJO TALLER FUENTETAJA (09-05-2011)



Narrador Objetivo




Pasean de esquina a esquina por la acera, en un punto intermedio, el de una farola encendida, se cruzan, nunca se escucha una palabra entre ellas ni se intercambian una mirada. La rubia es joven, alta, delgada, de piel muy blanca y tiene una larga melena ondulada hasta la cintura, de tanto en tanto agita en círculos con su mano derecha un viejo bolso saco de tela negra, y luce unas musculosas piernas bajo una minifalda de cuero negro brillante, que contrasta con un top de lentejuelas desgastadas.



Camina a pasos cortos pendiente de los coches que circulan por la calle sobre unos zapatos de charol rojo de tacón de aguja muy fina, mientras sortea los agujeros de las baldosas del suelo rotas.

La otra muchacha mastica chicle y cada cinco segundos revienta pompas que salen de su boca, es morena con rasgos pronunciadamente orientales, muy delgada y de estatura baja, su cabello es largo, lacio y oscuro, va vestida con un mono completo de cuero negro muy ajustado y en su cintura lleva una riñonera de cuero gris con chapitas de coca-cola.



Se detiene un coche a su paso y la chica oriental se acerca hasta la ventanilla bajada, intercambia unas palabras y en pocos segundos el coche emprende su marcha, la rubia se detiene para observarla, al girarse y descubrirla la hace un gesto de corte de mangas.

En ese instante la rubia la dice en voz alta: Pero vaya mierda de puta maleducada.



La chica oriental se acerca con grandes pasos hasta quedar frente a ella y con los brazos en jarras la responde: Me tienes hasta los huevos y, ándate con ojo, que tal vez hoy por fin te haga desaparecer.



La rubia eleva aún más su voz y con ojos enrojecidos la contesta: ¿No me estarás amenazando por un casual? Porque si quiero con tan solo una llamada te hago quemar viva.



La otra replica: No hay huevos, pobre puta de cloaca…, además si así fuese, ya lo habrías hecho hace tiempo.



El frenazo de dos coches las llama su atención, sin tiempo alguno descienden cinco jóvenes ágiles hacía ellas, sus rostros son serios y llevan el pelo rapado al cero, dos de ellos llevan en su mano derecha un bate de beisbol.

Tres de ellos son corpulentos y de estatura bastante alta, los otros dos son comunes, uno de estos tiene en su cuello tatuado la cruz gamada y cojea de la pierna izquierda, el resto llevan en sus brazos derechos tatuajes con motivos nazis. El paso firme y corto de los jóvenes las da tregua a reaccionar y cerrar sus bocas de sorpresa para salir corriendo.

A la vuelta de la esquina son pilladas y llevadas por el cuello hasta la farola, no hay gritos ni aspavientos por resistencia de sus cuerpos.

Empujadas con fuerza contra la pared, la rubia recibe con brio sobre la boca de su estómago uno de los bates que se hunde y queda incrustado por la presión de una mano ajena; el otro bate está cruzado en el cuello de la chica oriental, solo se escucha el jadeo respiratorio de las muchachas y el maullido de un gato callejero en la acera.

Muy pegados dos de ellos se encienden unos pitillos mientras observan con rostro de satisfacción la escena, el quinto, el de la cojera con la cruz gamada tatuada al cuello se coloca entre ellas con una afilada navaja que mueve con firmeza de izquierda a derecha ante sus ojos, mientras las susurra con voz amenazante:

“Odiamos a las putas y no podemos verlas por nuestras calles, y si además son engendros de maricones como vosotros nos seduce cortarles los huevos y verlos desangrar lentamente y sin piedad, nos comprendéis”.


Las cabezas al unísono de las jóvenes se movieron de arriba abajo afirmando, mientras entrelazaron sus manos sin escucharse una palabra ni intercambiarse una mirada, en aquel punto intermedio, el de la farola encendida.









25/4/11

BELLEZA FÍSICA



Llena de fuerza caminaba derecha sobre mis tacones como un soldado hacía el objetivo, consciente y ajena como una mezcla de mahonesa bien hecha di rápido sabor a la insípida galería y la acera se transformó sin buscarlo en una especie de pasarela. Creí estar dentro de un videoclip y, me puse muy nerviosa cuando los rostros desconocidos se giraron llenos de sorpresa, alegría, admiración hasta rabiar y envidiar de las féminas, con la comparsa musical de fondo con piropos y silbidos a cuatro tonos en plan elogios de bienvenida.
Y yo me pregunto ante tanta gloriosidad ¿pero caminaba o volaba?...
Para que luego digan que la belleza no es atrayente y poderosa, y por experiencia siempre antónimo enérgico de la indiferencia.

12/4/11





TRABAJO TALLER DE ESCRITURA FUENTETAJA


(11-04-2011)


Texto con narrador omnisciente.



A pesar de darse una ducha fría seguía en la cama sin poder conciliar el sueño, sabía que la situación que vivía se haría pronto insostenible, pero en el fondo sentía una necesidad y un placer que la superaba en todos los sentidos. Casi todo lo que la sucedía lo buscaba premeditadamente, y no podía ni quería en su interior evitarlo, era como una fuerza mayor.


Inquieta aparcó de un codazo su reconcome, tomó su móvil y una noche más mandó un mensaje a Borja que rezaba literalmente: “ya sabes donde encontrarme”.


El reloj de su mesilla marcaba las 01:15 de la madrugada, mañana miércoles tenía que estar a la 8:30 en punto en la oficina para una reunión con directivos franceses de una posible empresa cliente, y no eran horas para revolcones, pero necesitaba liberar tensión y él era su mejor comodín.


Borja que jamás la había dejado en la estacada la respondió en pocos segundos con otro mensaje que decía: “en media hora estoy entre tus piernas”. Así fue, acudió como una bala incluso antes de lo previsto, con su predisposición innata a hacer una buena faena, nada complicado para un veinteañero, con una estupenda complexión y unas ganas tremendas de sexo.


Llegó frente a la puerta de Camila y tocó el timbre con cierto aire alterado, tenía los cabellos revueltos, y llevaba unos vaqueros flojos con una sudadera del Che. Le abrió la puerta completamente desnuda, acostumbrado al juego de Camila sin rechistar se fue desnudando por el pasillo hasta el dormitorio, no hubo preámbulos, ni previos calentamientos para entrar en acción y, la intensa noche se desarrolló como era de esperar en dos buenos jugadores del sexo puro y duro.


La partida acabó al alba con la derrota del muchacho sobre el cuerpo de Camila, a las 07:00 de la mañana le abandonó en su cama dormido en apariencia plácidamente, apurada en tiempo se pegó una ducha rápida y se vistió a toda prisa para salir pitando a la oficina euforica y contenta.


Mientras se maquillaba en el coche aprovechando los semáforos en rojo recibió un mensaje en el móvil de su jefe, la deseaba éxito en la negociación y la citaba a las 8 de la tarde a su regreso de Bruselas en el pub de siempre. En ese momento le resultó un pesado y además no tenía tiempo de contestarle, así que decidió dejarlo para más tarde.


Al llegar a su despacho su secretaria le informó que los franceses y el resto de los convocados ya estaban en la sala de reuniones, solo faltaba ella, con una aparente desazón pidió al entrar disculpas a todos los presentes por el retraso, sabía que le resultaría fácil lograr ser eximida de su descortesía si desplegaba todos sus encantos y simpatía como ella solo conocía. En pocos instantes fue su cuerpo la única atención de la sala, Camila era una mujer muy atractiva y con una estupenda silueta, las sonrisas de aceptación por todo el personal masculino fueron unánimes y el ambiente se relajó.


La mañana acabó con un rotundo éxito en la negociación, Camila había logrado una nueva empresa cliente en su cartera, su presencia en las reuniones siempre resultaban ser un talismán y una baza que la empresa explotaba sin escrúpulos. Al margen de su aspecto tan atractivo estaba satisfecha con su labor, sabía que era una excelente profesional en el campo financiero, siempre tenía éxito en todas sus facetas y emprendimientos, pese al pecaminoso deseo que la ataba y minaba de libertad en ocasiones.


Respecto a Borja para entonces ya se había ido de casa de Camila, se despertó antes de cerrar ella la puerta al salir, quedó con tristeza una vez más al comprobar que no se despedía ni tan siquiera con una leve acaricia, este hecho era inconfesable, en especial para con sus amigos que le envidiaban por creer tener la posibilidad de tirarse a una mujer como ella cada dos por tres. Taciturno pensó una vez más, que tal vez estuviese más enamorado de ella de lo que imaginaba.


Antes de ir a almorzar con su colaborador más próximo Camila llamó a su jefe a Bruselas, le dio la buena noticia de la exitosa reunión e intercambiaron pequeñas anécdotas sobre trabajo. El jefe de Camila era el Vicepresidente de la empresa, un hombre de mediana edad, inteligente, egocéntrico e implacable negociador, todos los trucos en este campo los había aprendido Camila de él en los cinco años que llevaban trabajando juntos. La felicitó satisfecho y recordó su cita a las 8:00 en el pub, ella le explicó que habría que posponerla, el Director Financiero francés la había invitado a cenar a las 9:30 para celebrar el acuerdo empresarial.


De inmediato le resultó extraña e incómoda una cena tan privada entre ellos, pero optó por cambiar el encuentro para la tarde siguiente a la misma hora, eso sí, la sugirió con cierto tono de reproche que no quería enterarse que se había acostado muy tarde.


Al finalizar la llamada el jefe de Camila partió un lápiz entre sus dedos, se encontraba muy molesto, en su ego masculino no le apetecía lo más mínimo imaginársela con coqueteos y seducciones, estaba convencido de su relativa fidelidad, pero a veces le surgía como en esta ocasión, pequeños resquemores de alerta que le exasperaban de sobremanera y que no estaba dispuesto a consentir si algún día se convertían en certeza.


Camila por el contrario al terminar la llamada se le escapó una sonrisa de malicia, pensó que era un capullo y un ingenuo por creer que la tenía como una adquisición también en su vida personal. De nuevo comenzó a estar inquieta y a experimentar esa necesidad de liberación, se fue a buscar a su colaborador que la esperaba en su despacho para almorzar, este era un joven farmacéutico y uno de sus mejores fichajes en su equipo, aparte de muy trabajador y fiel, tenía una gran agudeza para la resolución de problemas y conflictos.


Al tomar el ascensor y llegar al sótano Camila con cautela comprobó que estaban solos, le sugirió con una enigmática mirada que tal vez podían antes pasar por el baño, Leopoldo por rutina entendió iso facto la consigna, y la siguió al baño de mujeres, allí encerrados consumó su apetencia como quien se compra un par de zapatos.


En el restaurante él no paró de mirarla embelesado mientras Camila disertaba en un nuevo proyecto, siempre quedaba atontado unas horas después de pillarle por banda, tenía muy claro que ella manejaba la batuta en esta orquesta y esta situación anómala de poder le seducía hasta la locura, era la primera vez en su vida que tenía una mujer de esta estirpe y sexualidad, aunque penase en el abismo su corazón.


Por la tarde aún en su despacho, mientras ella decidía con los pies sobre su mesa que se pondría para la cena y fantaseaba como acabaría la noche con su sensual homónimo francés, recibió un mensaje de Borja recordándola lo buena que estaba, Camila sabía de sobra que era un chiquillo con cuerpo de hombre pero sintió una especie de ternura hacía él con este tipo de mensajes.


Acto seguido este hecho la llevó a recapitular la mañana, se centró justo en el punto de conversación con su jefe, como una gran estratega intuitiva no deseaba bajo ningún concepto que su ascendente carrera profesional se viese truncada por nada y menos por dudas o celos, así que, aprovecho en ese instante que él regresaba en un vuelo a Madrid, para llamarle al móvil y contarle en el buzón de voz sin ningún tapujo lo mucho que le echaba de menos y lo que la apetecería cambiar el encuentro de mañana, por una romántica cena en su casa, incluso le sugirió varias mentiras para contar a su esposa y así poder pasar juntos más tiempo, aunque lo importante para ella iba más allá de la cena, estar juntos y su carrera.


Al atardecer camino de casa por la autopista, Camila recibió una llamada inesperada, la de su novio Bruno, emocionada sacó el coche al arcén, apagó el motor y puso la luz de emergencia, la llamaba era desde una de las bases del parque natural de Gorongosa en Mozambique, le contó que estaba muy cansado pero muy satisfecho con su proyecto de catalogación de aves, le quedaban aún dos meses de trabajo y la confesó que ya se le hacían interminables para regresar a sus brazos. Ella estaba muy feliz de escucharle, hacía siete días que no hablaban y echaba de menos oír su voz, tan cálida y serena, la conversación no duró más de quince minutos, había interferencias y siempre sucedía lo mismo, ella se bloqueaba y acababa desmoronada llorando por todo, por su ausencia, las mentiras, su desesperación, su incontrolada apetencia, por el miedo al regreso definitivo de Bruno, el proyecto de matrimonio.


Bruno admiraba de su novia dos cosas en especial, una la enorme templanza que demostraba para soportar las situaciones adversas, dos su capacidad para priorizar objetivos, sabía de sobra que eran pocas las mujeres que hubiesen consentido una larga relación sentimental en la distancia, salvo por amor y/o sus carreras profesionales. No obstante, una cierta nostalgia le embargaba hacía meses al hablar con ella, como si por momentos intuyese que la Camila que amaba se estaba desvaneciendo.

Le costó otros quince minutos serenarse y encender el motor del coche, el ruido de éste la activo como un reloj de cuerda, al llegar a casa ya tenía como por arte de magia su mente centrada en la cena y el desarrollo de la misma. Dejó el coche en la calle, porque pensó que no la merecía la pena meterlo en el garaje para tan poco tiempo de espera, al entrar por el portal el portero salió rápido a su encuentro para saludarla y llamarla el ascensor, Camila le mostró una de sus mejores sonrisas con galantería, para eso le resultaba un apuesto polaco, fuerte y servicial que el mes pasado la sacó de un apuro con un grifo de la cocina.

Mientras la sujetaba la puerta algo nervioso, la recordó que no olvidase que estaba a su disposición para cualquier cosa, ella con aparente gratitud comenzó a experimentar esa necesidad de liberación, se le acercó por sorpresa hasta rozarle con sus pechos y musitándole al oído le dijo: “Pues claro que sí, mañana a las 6 de la tarde te necesitaré un ratito”.