9/4/12

AGRADECIDA



En el trasfondo secreto de mi marea interna,
nacen pequeñas olas, vigorosas y espumosas,
custodiadas por un salvaje caballito de mar.

Allí, los frondosos cabellos se me sumergen
llenos de remolinos dentro de una caracola,
que esfuma el guiño atrevido del tiempo.

Su zumbido seducido y capturado a la profundidad,
acorrala besos olvidados en la orilla de un mar,
no perdidos, abandonados ni escapados jamás.

Así, baño con mis manos mis pechos nacarados,
para esculpir dos alas de sal sobre mi espalda,
que me alzan por el fondo de mi ser eterno y,

Reconectada con mi esencia como rayos de plata
que caen fulminantes sobre la faz del océano,
sello mis labios para el beso existencial.