MALOS RECUERDOS
En conclusión para nada los quiero,
dan a luz en los rincones de los
nuevos caminos encontrados y me
siguen siempre sin ser invitados.
A veces acechan como bandoleros
y me intimidan con miedos, pero
yo los echo a empujones sin pudor,
por su vulgar atrevimiento.
Otras veces me engañan con manjares
ofrecidos de otros buenos tiempos,
en general, siempre con muertos,
dime para que los abrazo, salvo
para rememorar en un hueco momento.
Son vaticinio del sufrimiento canalla,
por débiles, por egoístas, por osados,
por pecados, por temores o errores,
yo no los quiero busco nuevos sabores.
Su transtorno es callado pero despiadado,
yo los reniego, a mí que me dejen así,
tranquila, en reposo, toda mudada de
espíritu, corazón, muerte, vida y mente,
con el brillo de mis ojos en el presente.
"No hay nada más elevado que Yo, oh Arjuna. Todo esto está ensartado en Mí como las joyas en hilo". (Bhagavah Guita, cap. 7 verso 7). "El sentimiento de lo místico es la emoción más hermosa y profunda que puede experimentarse". Albert Einstein "Al rezar, el hombre habla y el cielo escucha. Al meditar, el hombre escucha y el cielo habla."
5/6/09
MORRIÑA
Un clavel rojo en mis mejillas me devuelve
el rubor de las noches con lunas salinas,
sus pétalos de cálidos sabores cobrizos
calan de luz nueva las paredes de mi vida.
Un clavel blanco enredado en mis cabellos
colorea el palidecer de mis tibios recuerdos,
con dulzores agrios e intensos de los cuerpos
nacarados, que se unieron sexo a beso.
Un clavel rosa en mis labios sedientos
humedece mis caprichosos pensamientos,
que desperezan en las solitarias noches
y se contonean con descaro por tu cuerpo.
Un clavel rojo en mis mejillas me devuelve
el rubor de las noches con lunas salinas,
sus pétalos de cálidos sabores cobrizos
calan de luz nueva las paredes de mi vida.
Un clavel blanco enredado en mis cabellos
colorea el palidecer de mis tibios recuerdos,
con dulzores agrios e intensos de los cuerpos
nacarados, que se unieron sexo a beso.
Un clavel rosa en mis labios sedientos
humedece mis caprichosos pensamientos,
que desperezan en las solitarias noches
y se contonean con descaro por tu cuerpo.
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