18/10/10




¿ESPÍRITUS DE LUCES O LUCES DE ESPÍRITUS?



Subí las escaleras como siempre descalza del edificio griego erigido con mi nombre, la fachada del teatro Massimo en Palermo es casi clavada, este verano cuando la descubrí me puso los pelos de punta, era casi idéntica a como lo vivo en mis regresiones. Como de costumbre en la inducción soy una niña con larga melena ondulada rubia y visto un camisón de encaje antiguo como de época medieval, en esta ocasión llevo una muñeca de trapo sujetándola con mi mano izquierda, el edificio griego (descrito y sentido por mi como tal) es suntuoso y sereno, al llegar ante sus portones siempre se abren por fuerzas invisibles que yo siento custodiada como por antiguos soldados que siguen allí, fieles y eternos.

Como un ritual penetro a la otra dimensión indescriptible del inconsciente por este lugar, sorteo la entrada y desciendo las cuatro escaleras que llevan al cuadrilátero sostenido por cuatro columnas que se abren al cielo abierto, allí me situó en la estrella dibujada en el suelo de mármol granate y beige, esta vez es la primera que no accedo al otro lado siendo succionada por el suelo sino mirando al cielo que se abre sobre mi, en esta única ocasión no descubro el cielo estrellado del universo sino que veo un planeta sobre mi cabeza, gigante y majestuoso y en ese momento de trance, siguiendo las indicaciones de Teresa debo llegar a un lugar que supuestamente hay unos seres espirituales que me quieren dar consejo.

En segundos y en profunda relajación…

Aparezco en una especie de catedral románica, estoy en la nave central en lo que se llama creo que el coro, allí me topo con religiosos en su mayoría cristianos, van vestidos de negro y morado, entre ellos descubro algún monje tibetano, y meditadores, yo me siento asustada porque siento que me quieren juzgar, Teresa me pide que me tranquilice y salga de allí, ella está conmigo y me toma mi mano de niña y me suelta fuera de ese recinto pues he quedado como petrificada, me pide que vaya al encuentro de esos seres espirituales. De repente me veo en uno de los laterales dentro de la catedral donde se ubican varias capillas, yo miro atrás y veo a Teresa que se ha quedado vigilándome, de repente empiezan a llegar unas luces, como bolas de colores del arco iris, las luces tornan casi siempre forma circular aunque aumentan y disminuyen su tamaño, las veo llegar con una intensidad y vida inusual, son juguetonas y comienzan a girar y serpentear por el pasillo, luego se acercan a mi y se mueven a mi alrededor, yo estoy sorprendida y muy feliz, ellas resaltan enormemente en el lugar por su color y movimiento , cada vez son más o a mí me lo parece, Teresa me pregunta que siento, le digo que de mi pecho sale una luz blanca inmensa que se abre por él y entonces surge el milagro, las luces penetran como jugando por mi pecho y se fusionan con mi luz traspasándome, (está claro que el plano físico no existe), entonces cada luz que pasa en ráfagas de segundos me producen lo primero una sensación de protección inmensa, fuera de lógica y sentido, también de paz, armonía y eternidad. Yo sonrió con la pureza y la ilusión de una niña de escasos ocho años, miro atrás y veo a Teresa muy sonriente observándolo todo, yo estoy que alucino, Teresa me pide que me comunique con ellas porque seguro que tienen que darme un mensaje, le digo a Teresa que se están haciendo diminutas en torno a mi cuello, y acaban formando un collar de luces, las siento protegiéndome fuera de mi.

El mensaje que siento de ellas al despertar es que estoy muy protegida y cuidada a un nivel espiritual y energético, aunque después de ese día tras ciertos acontecimientos acaecidos puedan significar algo más, algo que me reservo por desconocimiento de la razón.